En todos los siglos precedentes de nuestra civilización occidental, el médico asumía con sensibilidad el sufrimiento de sus semejantes, era una figura apreciada primero como aprendiz de brujo, luego chamán. A inicios de nuestra modernidad, el médico asumió su profesión como arte y no como ciencia.
PALABRAS CLAVE
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REFERENCIAS
Gadamer Hans-Georg. El estado oculto de la salud. Barcelona: Gedisa; 2001.